Un salto de fe...
Agotadas las noches y los días en los que sabia quien era,... acompañada ahora tan solo por la soledad. Lejana queda aquella niña que crecía, soñando que una locura podía ser la realidad de una vida... Y ahora, cercana al borde del precipicio, solo me acompaña la duda, la soledad... la inseguridad y el miedo a que me falle el pie... atormentada por el recuerdo de lo que algún día fue. Ahora el eco de esos sonidos en mi memoria, ya no me dejan respirar... no puedo ver... Abro los brazos, los mismo que antes me mantenían abrazada y descubro que entre ellos y el vacío... sólo me queda... saltar...