Pintor
Con pulso firme alzas la mano delante de mis ojos… el pincel, extensión de tus dedos maestros, gotea sobre mi ombligo gotas azules de pintura espesa… un gemido extasiado… provocado por el frescor azulado… desciendes… seguro de ti mismo y de tu mano, recorriendo el sendero desde mis pechos hasta ese rincón más cálido… ese que vive acompasado a tus idas y venidas… a tus reclamos… Nuestras miradas se mantienen ligadas por el mismo pecado… y la inspiración nos invade, los dedos, las manos… las bocas que se buscan como reclamo…