Teatro
el telón de ésta historia
y sentada en la segunda fila,
de la platea vacía,
miro uno a uno,
los personajes,
que de un lado a otro del escenario,
caminan con agilidad.
Veo que mueven los labios
y gesticulan sin parar,
sin llegar a entender lo que están diciendo.
Hablan en un idioma,
diferente al mio.
Las escenas se suceden tan deprisa,
que la obra se desarrolla,
con excesiva celeridad.
Me suena cada breve pausa,
cada movimiento,
cada lágrima,
cada sonrisa....
Me siento de una forma extraña,
protagonista del argumento,
sin poder incorporarme,
en la plantilla de actores,
que me observan atentos,
desde lo alto del escenario.
Siguen fijamente,
cada latido,
cada respiración,
cada leve movimiento,
que mi cuerpo anda produciendo.
Y al final me doy cuenta,
de que asisto al estreno
de mi propia vida....
Pero...
no me han cogido para el papel protagonista.
Otra actriz ocupa el escenario
y a mi no me queda más,
que arrellenarme en mi butaca
y seguir viendo desde abajo,
cómo otros viven,
lo que siento como mi propia vida.
Cerrando los ojos por un momento,
pienso
que quizás más adelante,
alguno de ellos falle
y me vuelvan a dar una oportunidad
para vivir....
Vivir encima del escenario....
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Un saludo de cariño.