Mi último aliento
para que no se me escape el aire
y el alma contenida,
por si no acuden a rescatarme.
Se alza la marea,
de sentires adormecidos,
épocas ahora perdidas,
que inundan todos mis sentidos.
La noche, dama pasiega,
que trae imágenes coloridas,
en el firmamento suspendidas.
Contadora de cuentos,
de vidas ya vividas.
La marea ahora roza mi cuello,
intentando ahogarme,
con todos mis recuerdos.
Pero mis puños siguen apretados,
para que no se escape,
mi último aliento...
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