Desierto
Acuérdate de los arenales que enmarañan tu memoria… te fuiste por miedo, en silencio… creando entre tu cuerpo y el mío un desierto… Fina arena que en tormenta, las ruinas ha cubierto… Ahora vuelves, con la sonrisa pintada en el aire… y soplas y me traes los mares… Pero en mí ya no cabes… Mis templos veneran otras deidades… Dioses de pasión y guerra que me entregan… cuando yo quiera… y es que el desierto no se busca… se encuentra…
Comentarios
Precioso texto
Cada vez me gusta más leerte... y lo sabes.
Poco a poco y, como engullidos por esa marea polvorienta, dejamos que nuestro cuerpo enmudezca, las manos reposan y los ojos se vuelven opacos.
Pero seguimos vivos!, más allá del desierto está ese jardín(poeta). Empieza de nuevo una y mil veces...que te arrastre el huracán siempre y cada uno de los días de tu vida.
Mil besos de alma.