Fuego de vida...


Antorcha encendida,
delatora de mis soledades
proyectora de mi sobra perdida,
en los muros de éstas ciudades.
Con la llama alta prendida,
surcando el cielo, produciendo herida.
Purificadora llama,
que de mi boca quede prendida,
el fuego que algún día
quemará ciudades erguidas de mentira.
Sombra mía, transmitida
sobre todos los mortales,
mantengan sus antorchas encendidas
porque sólo así sabré encontrarles,
sólo así podré salvarles
de pervertidas oscuridades.
Hágase la luz,
rodeados de hogueras encendidas,
que el fuego purifica
todas las almas vendidas.
Antorcha delatora,
de todas mis soledades,
alumbra a mis amistades
que cómo luces en mi vida
yo sabré encontrarles.

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