Planta la simiente


Tormento son tus sienes
tus llantos mis simientes,
nonato gestándose
entre algodones en mi vientre.
Latido de un beso,
contenido y ardiente,
no delates al sirviente
que da de comer a tu diente,
deja de latir los latidos
cuando digas que no lo siente,
que no hay nada sentido
en un nonato protegido
y relaja tus sienes,
duérmete en mi latido.
Acúnate, amado durmiente
en el calor de mi vientre
y planta tu simiente,
para que nazca el perdido.
De cierto es sabido,
que el nonato será elegido
para unirnos en ésta vertiente.
No delates al naciente,
alejados en un camino
contenido y ardiente,
tus llantos son mi simiente.

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